DERRIDA: Un filósofo que llegó para quedarse.
Y sólo aportó algo: un método--ni más, ni menos-- para analizar un cuadro, filme, foto, texto, problema ético o bioético: desmenuza frase por frase buscando las fallas de argumentación con un arsenal que se forjó en la fenomenología y en la hermenéutica. Eso sí: no le importó romper con Lacan, Foucault, Deleuze, Lévi-Strauss, Baudrillard, Searle…llevaba sus argumentos imbatibles hasta el final; en eso era un duro, de tiempo completo y forrado de lo mismo, su lema era: "sin compasión".
Si lo lees, aprenderás a argumentar con certezas…yo por eso ya empecé a leerlo.
En México Cesáreo Morales escribió sobre el filósofo IR. VARIACIONES SOBRE JACQUES DERRIDA.
Admirable libro, escrito al estilo de Derrida, deberían de darse una vueltecita por él, lo harán con cierto masoquismo, como cuando tu nena te muerde los labios y te sangran; el dolor y el sabor te estimulan para seguir; o como cuando tienes enfrente un kilo de barbacoa de Tulancingo aún caliente y con las pencas; y te la quieres acabar tu solito acompañado de cerveza y rematas con capirotada y tres drinks de coñac.
Masoquistas lectores: no se pierdan la lectura de este libro, acabarán en el hospital después de la barbacoa pero irán sonrientes al quirófano.
Pues yo disfruté el libro de Cesáreo Morales.
Y sólo aportó algo: un método--ni más, ni menos-- para analizar un cuadro, filme, foto, texto, problema ético o bioético: desmenuza frase por frase buscando las fallas de argumentación con un arsenal que se forjó en la fenomenología y en la hermenéutica. Eso sí: no le importó romper con Lacan, Foucault, Deleuze, Lévi-Strauss, Baudrillard, Searle…llevaba sus argumentos imbatibles hasta el final; en eso era un duro, de tiempo completo y forrado de lo mismo, su lema era: "sin compasión".
Si lo lees, aprenderás a argumentar con certezas…yo por eso ya empecé a leerlo.
En México Cesáreo Morales escribió sobre el filósofo IR. VARIACIONES SOBRE JACQUES DERRIDA.
Admirable libro, escrito al estilo de Derrida, deberían de darse una vueltecita por él, lo harán con cierto masoquismo, como cuando tu nena te muerde los labios y te sangran; el dolor y el sabor te estimulan para seguir; o como cuando tienes enfrente un kilo de barbacoa de Tulancingo aún caliente y con las pencas; y te la quieres acabar tu solito acompañado de cerveza y rematas con capirotada y tres drinks de coñac.
Masoquistas lectores: no se pierdan la lectura de este libro, acabarán en el hospital después de la barbacoa pero irán sonrientes al quirófano.
Pues yo disfruté el libro de Cesáreo Morales.
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