martes, 20 de mayo de 2014

Los luchadores.

El paraíso en el cine y en la televisión.
En otro México, hace muuuuchos años los niños veíamos cine de luchadores; mucho antes de ver cine de autor y tener lecturas espesas...y...era fascinante y omniabarcante, además de la trama del film, había las imprescindibles, constitutivas escenas de lucha, y, ahora sabemos que representan la lucha del bien contra el mal, mas teatro, pantomima, transgresiones de los rudos y vaya que nos hacían sufrir por todo el mal que les infligían a nuestros ídolo, los técnicos....
Era un espectáculo para niños y queríamos ser los buenos del film, en nuestra vida.
Pero ya de grande cuando vi las rodillas, las manos, los rostros, y los estragos por las lesiones en su columna vertebral, me sigue conmoviendo un arte coreográfico que en Octagón y muchos otros, implica actuación, agilidad, dotes actorales, preparación física e inteligencia...Es una profesión de mucho sufrimiento. Uy los queridos luchadores forjaban nuestra risa y llanto con el deterioro rudo de su carne, huesos, sangre y cerebro...
Los luchadores, vida y obra, no tienen mucho que ver con el cine que me gusta, sino con la felicidad épica que nos dieron en la niñez...una Arcadia ética perenne que está muy lejos de la seriedad cuasi fúnebre y dramática de los toros o el boxeo, espectáculos esencialmente para adultos.
"Eres el mejor" al oído le dijo. Juan Heladio Ríos Ortega en plena realización pancraciana. Emotiva su noche!

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