miércoles, 26 de febrero de 2014

Un cambio epocal en nuestra comprensión del morir.

TRADUCCIÓN DEFECTUOSA Y SOBREINTERPRETACIÓN.
Este epitafio inglés siempre me ha parecido un misterio y lo detesto porque me parece absurdo. Pero ante la muerte todos nos postramos y buscamos consuelo:
"AND GOD SHALL WIPE AWAY ALL TEARS
FROM THEIR EYES AND THERE 
SHALL BE NO MORE DEATH"

He interpretado yo, -y seguramente equivocándome-, lo siguiente:
Un Dios antropomórfico, las lágrimas consustanciales al duelo y la abolición de la muerte.

En el capitalismo tardío, vivimos una suerte de indiferencia religiosa, desdramatización del duelo y la memoria del difunto, antes honrada con oraciones, ya se desdeña; se prefiere en vez de tumba la cremación; y muchas veces la dispersión de nuestras cenizas.

Desde una perspectiva cristiana nuestros sentimientos se están mutando en teratógenos-afectivamente nos estamos haciendo monstruos-; o tal vez, sin saberlo, tendemos a modos de transubstanciación de nuestros restos que implica un cierto panteísmo y aspiramos ya, a ser cosmo-te-ándricos: es decir, que nuestras moléculas sean de la biósfera, del cosmos y de la semiósfera (una cultura y espiritualidad, ateas).





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