miércoles, 5 de febrero de 2014

Finales de novela.

FINALES DE NOVELA.
Jean H. Riviere, en su libro Philosophie de l´échec-Filosofía del fracaso-medita sobre su muerte y circunstancias:se sabe un fracasado en todo. Repasa su vida y se da cuenta: ni como médico, ni investigador, ni ensayista, ni poeta ha logrado hacer algo memorable. Con lucidez implacable reconoce algo: lo que más admira son las obras de los otros y decide destruir todo lo que había producido. Contrasto ese libro de la vida con el personaje-otro perdedor-de una novela de Mariano Antolín Rato:Patricio, de Abril Blues. Un gran poeta, con la facultad peligrosa de la lucidez y con el privilegio de haber decidido siempre su vida y obra, destruyó siempre amores, amistades, empleos. Regresa a su España desde Nueva York para continuar su fiesta de alcohol y todo tipo de drogas; y para repetir sus mismos mapas sentimentales. Es el viaje de regreso de todo: "la vida es un horror, dejemos a nuestros criados la preocupación de vivirla" pág. 108; "Su aspecto es el de un anacrónico héroe cansado-quisiera creer él-en esta hora azul: un instante de silencio total antes del amanecer que se parece al silencio que precede a la sentencia de un tribunal" pág. 123; "La muerte raramente llega como una locomotora que se va acercando, más y más, hasta que por fin está aquí. Llega más bien como el disparo de un fusil disparado por la espalda" pág.125. Quiero transcribirles el final, al fin que jamás ustedes leerán esta novela de un español y editada en 1990: "Las olas que habían batido fuertemente toda la noche, se calmaron con la luz del sol y apenas lamen la orilla, Y, sin embargo, dejan huellas en la espuma en la arena, que antes de ser borradas por la siguiente ola, quizá escriban la continuación de la historia de Patricio Garret, aunque en estas páginas ya no quede ninguna constancia de ellas" Un párrafo arriba decía: "Los últimos pensamientos suyos registrados aquí pertenecen a unos momentos antes. En ellos, se mezclan distintas sensaciones (…), una es un mar abrazándole fríamente, pero que nunca devolverá su cuerpo hinchado, comido por los peces", pág. 236.
Final redondo: regresa a su ÍTACA para morir. Tener todo, desdeñarlo y morir.
Nuestro héroe flotando sobre el mar azul espumoso. Que mueran ellos, los héroes en las novelas para que los mediocres sigamos buscando lo inesperado.


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