martes, 8 de julio de 2014

CAMBIO DE CULTUREMAS, VIVA LA DIVERSIDAD.
En la librería El Péndulo de Hamburgo, arriba en el barcito pegado a los libreros que estaba revisando, volteo y dos guapas guapas se estaban besando y abrazando con fruición, escucharon mis pasos y voltearon, se encontraron mi rostro de sorpresa; se rieron, se sonrieron; también me regalaron el brillo festivo fulgurante de sus ojos y siguieron en su faena amatoria; voltearon a verme otra vez y pensé con taquicardia y las libidininas ya hasta arriba: ¡que me inviten al trío, que me inviten! (yo pondría mi depa, mi sofá de dragones negros, mi Duque de Alba, mi Jack Daniels, el polvito blanco que da abrazos de dragón, y lo demás que se fuera ofreciendo en el camino). Y de pronto vi en mi mente un espejo y mi lamentable corporeidad: yo viejo, emaciado, feo, con quadrotopsias visuales (medio cegatón) y deduje que no me iban a tirar el pase. Breve, brevísima es la vida y las mujeres hermosas nunca envejecen...¡Os maldigo estrellas perfectérrimas, eternas, por presumir su apacible inmarcesibilidad frente a mi progeria irreversible!
 (7 fotos)

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